… De carreras solidarias

Ayer éramos diecisiete mil personas corriendo, caminando por una causa justa. Hasta mi juventud estuve jugando al fútbol, al baloncesto, al balonmano… Siempre que había una portería, me la pedía, porque eso de jugar con el pie no se me daba bien y en la portería, la de fútbol sala o balonmano me gustaba pero un día. En el instituto poca gimnasia hacía porque esto del plinto, la comba o no recuerdo qué más ejercicios en vez de coordinación era… bueno, ya sabéis. Así que me dijeron, corre el cross del instituto y apruebas y yo corría el cross, no me gustaba correr pero yo lo hacía. El circuito partía del instituto, bajaba por Arroyo de las Pavas a Toboso donde doblábamos a Zaida y de nuevo al instituto, las chicas una vez, los chicos, dos vueltas.

De los chicos siempre llegaba el último, pero a mí me daba igual. Un año, en la segunda vuelta, al final de Zaida me caí, el policía – coche escoba me dijo, “venga, te subes al coche y te llevamos a meta, pero yo con el muslo raspado y con sangre, dije que no, que sino no aprobaba gimnasia. Y crucé la meta.

Con veintitantos un neurólogo me dijo que había una sustancia en el cerebro que se dispara cuando corres y por eso las personas con epilepsia no pueden correr. Era la primera noticia que tenía, sino puedo correr, el cross no lo debería haber corrido nunca, no podría practicar ningún deporte de los que hacía en el patio, fútbol, baloncesto, balonmano, voley…

Ayer, fue la carrera contra el cáncer. Es el segundo año que participo en una modalidad que aparte de correr, la gente camina. Hay dos modalidades, diez kilómetros, donde sí corre la gente, y cuatro kilómetros donde además de correr, los participantes caminamos. Estuvimos diecisiete mil personas participando. Me río porque el amigo que acompaño estos dos años, es divertido y el año que viene volveremos e intentaremos ser más y cada vez más… además, me viene bien caminar.

El título habla de carreras solidarias porque supongo que habrá más como esta y quiero enterarme. El cáncer es una enfermedad jodida y todo lo que se pueda hacer para ayudar a la investigación contra esta enfermedad es bueno. Eso sí, no todo el mundo puede pagar los quince euros de la inscripción.

Salud.